Clases sociales, capitalismo y revolución.

Entrevista con Gérard Duménil

 

 

En el estudio del modo de producción capitalista, Marx y Engels sostuvieron que la característica definitoria de esta etapa histórica era la constitución de clases sociales a partir de la relación de explotación y dominación basada en la propiedad privada de los medios de producción y el control del proceso de trabajo. Cuando analizaron el capitalismo en su forma más abstracta, así como cuando escribieron manifiestos políticos, propusieron como límite teórico la idea de que el modo de producción capitalista desarrolla dos clases sociales polares, según su posición en las relaciones de explotación y dominación: capitalistas y trabajadores. Los primeros, propietarios y patrones (con capacidad de organizar la producción y el proceso de trabajo), logran reproducir su existencia mediante la apropiación de excedente, que en la sociedad capitalista toma la forma de plusvalor. La clase trabajadora se ve compelida a vender su fuerza de trabajo, libre de medios de producción y libre de comprar y vender en el mercado, reproduciendo así su lugar subordinado en un orden desigual.

Si bien algunos textos de Marx y Engels proponen una polarización tendencial, que progresivamente ubicaría a toda la sociedad en alguna de estas dos clases, en su obra se pueden encontrar múltiples trabajos donde esta propuesta dicotómica es modificada en aras de una historicidad más compleja, donde múltiples determinaciones especifican las clases sociales en pugna (la referencia, no única pero sí ineludible, es El 18 Brumario de Luis Bonaparte). Sin embargo, obra de cierto enfoque que monopolizó la difusión del marxismo, la referencia sobre las clases sociales del marxismo pareció quedarse restringida a una definición simple, a-histórica y determinista.

Desde el temprano siglo XX, esta formulación fue ampliamente discutida dentro del propio marxismo. Autores señeros de esta corriente, como Gramsci, Poulantzas u Olin Wright, se dedicaron a esta discusión. Desde un frente no sólo marxista, se puso en discusión el lugar que ocupaba la “aparición” de nuevas clases, asociadas a la creciente presencia de la tecnocracia, la burocracia y las profesiones. La discusión sobre las clases se renueva entonces de la mano del debate sobre la etapa histórica. Tal como Marx reconoció, su aporte no se ligaba al “descubrimiento” de las clases -de amplio uso en la teorización liberal de ese entonces-, sino a asociarlas a períodos históricos concretos. En esa línea de pensamiento, debatir la definición de la actual etapa histórica del capitalismo supone un análisis de las clases sociales que lo dinamizan.

En el marco de estos debates, los trabajos de Gérard Duménil se proponen debatir y actualizar desde la teoría marxista, de modo que la misma permita responder a los nuevos desafíos de la economía mundial. Su propuesta concreta busca darle claridad conceptual y empírica a la etapa conocida como neoliberalismo, con base en la predominancia de las finanzas[1] en la forma tanto de la acumulación como de la dominación política. Dumenil, junto a Dominique Lévy, se ha esforzado por especificar esta predominancia y sus efectos concretos, particularmente en el estudio de los países centrales. Su propuesta, polémica, es aire fresco en el marco del triunfalismo neoliberal expresado en el abandono de la historicidad en aras del formalismo y en el elogio infundado del individualismo. Con un lenguaje franco y accesible, ha sido parte de la recuperación de las categorías del marxismo para el análisis social.

Durante su visita a la Argentina en Octubre de 2014, invitado por la Sociedad de Economía Crítica para participar de las VII Jornadas de Economía Crítica, entrevistamos al Dr. Gérard Duménil.[2] Resulta interesante el planteo del economista para pensar el contrapunto con la realidad latinoamericana, toda vez que la formación y desarrollo de las clases sociales en esta región no ha estado ligada de manera directa, en contraste con los países europeos,  a los sucesivos procesos de industrialización que ha vivido el continente, y ni siquiera ha sido la misma para cada país de la región.

Neoliberalismo y estructura de clases.

Sociedad de Economía Crítica (SEC): En sus trabajos usted señala que ha habido un cambio sustancial en la estructura de clases en el capitalismo. ¿Por qué es tan importante este cambio y cómo se vincula con la actual etapa del neoliberalismo?

Gerard Dumenil (GD): Tradicionalmente en el marco del marxismo se consideran dos clases: los dueños del capital y los trabajadores (la clase proletaria). Nosotros pensamos que no es posible continuar de esta manera porque en el capitalismo contemporáneo aparece un nuevo grupo muy importante que pertenece a la cima de los asalariados, a la fracción superior. Este grupo es el encargado de gerenciar las empresas privadas aunque algunos también trabajan en el sector público. Hacen el trabajo de controlar y organizar la producción. No son realmente capitalistas pero organizan el trabajo en el marco de las grandes empresas. Se puede observar la importancia de este grupo en su relación con los medios de producción que controlan de hecho. Podemos hablar de las grandes empresas financieras, las grandes instituciones financieras. Existe una relación entre los grandes bancos y también entre otras instituciones que se poseen mutuamente. Los ejecutivos financieros son quienes realizan este trabajo, decidiendo la compra/venta de acciones de ciertas empresas, imponiendo de esta forma una disciplina muy fuerte sobre otras jerarquías dirigenciales representadas por los cuadros ejecutivos de las empresas. De esto resulta el hecho de que reciben sueldos enormes. Esto se demuestra a partir de los datos de impuestos en Estados Unidos, en el Reino Unido y en Francia, que son los datos que usamos (con Dominique Levy) en nuestros trabajos, los mismos que usa Picketty en su último libro. Con estos datos se puede observar que se pagan sueldos enormes a estos grupos. La desigualdad de ingresos creció en Estados Unidos y en el Reino Unido (aunque no en Francia o Alemania). El alza de la desigualdad corresponde básicamente al incremento de los salarios elevados de este grupo, no al aumento de la ganancia capitalista. Ya Marx lo explicó en El Capital, cuando afirmó que a mediados del Siglo XXI al interior de las nuevas corporaciones ya se veía de forma cada vez más aguda una delegación de las tareas del capitalista a los asalariados superiores. También Marx describió otro aspecto que convierte a las empresas financieras en administradoras del capital. Marx escribió en el Siglo XIX incluso antes de que se diera la revolución corporativa, la revolución financiera o la revolución managerial de la gestión en los Estados Unidos. Así, hoy nos encontramos en una situación completamente nueva. Es importante entender esto porque tenemos una estructura más compleja de clases. Nos gusta hablar de, por lo menos, estas tres: clases capitalistas, clase de la gerencia o de cuadros[3] y clases populares (obreros, secretarios y personas con salarios bajos). Es crucial entender esto porque ahora la vida política depende enormemente de la configuración de los dominios y de las alianzas entre estos grupos.

Estructura de clases y alianzas sociales.

SEC: Esta caracterización es muy importante porque permite pensar nuevos cuadros de alianzas y sobre todo alternativas al actual neoliberalismo. ¿Podría explayarse sobre estos temas?

GD: Típicamente en el capitalismo tenemos una "alianza a la derecha" que es la alianza entre los dueños de capitales y la gerencia superior. También existió un período en la historia que fue la posguerra, cuando se puede ver en los datos el funcionamiento de las empresas y en el análisis de los mecanismos, las políticas y las cotizaciones bursátiles que existió un tipo de "alianza a la izquierda" entre clases populares y clases ejecutivas. En Francia, por ejemplo, teníamos en Partido Comunista, el Partido Socialista y se implementaron políticas progresivas en términos de poder de compra, de salud y de educación. Las cotizaciones bursátiles estaban muy bajas. Este fenómeno lo entendieron muy bien por ejemplo en Suecia donde también existía la socialdemocracia. En Estados Unidos tenemos la teoría de Galbraith, que leyendo la tecnoestructura de la década del '70 afirmaba que no eran los capitalistas lo que tenían el poder sino los grandes ejecutivos. En esos períodos de "represión financiera" se verificaban bajos ingresos de las clases capitalistas y niveles muy bajos de tasas de interés reales, distribución de dividendos y cotizaciones bursátiles. De repente por causas políticas todo cambió con la revolución neoliberal. Evidentemente el compromiso de la posguerra, es decir, el compromiso de izquierda, sólo fue posible en relación con el movimiento obrero en el aspecto denominado como reformista que nosotros llamamos "gradualismo". Debido a las contradicciones internas del compromiso a la izquierda y por causa de la muerte de las utopías, por la lucha de las clases capitalistas y por la crisis de la década del '70 que desató una ola de inflación, se dio nuevamente una alianza hacia a la derecha donde las clases superiores llegaron al poder. El neoliberalismo sigue siendo evidentemente el capitalismo actual, un capitalismo muy violento. El acuerdo a la izquierda desaparece y los ejecutivos superiores recuperan una porción de sus ingresos dando lugar a una nueva alianza que describimos como "amor por la cima". A muchos marxistas no les gusta que hablemos de neoliberalismo porque sólo aceptan la idea de que hay un sólo capitalismo, lo que es ridículo si uno observa los datos empíricos, donde se pueden ver a partir de los ´80 un cambio increíble en las variables mencionadas, todo cambia en dos años. Es imposible negar el hecho de que tuviéramos un tipo de capitalismo que nosotros llamamos "managerial" y que ahora tenemos un nuevo tipo de capitalismo "neoliberal" que también tiene su aspecto managerial porque tenemos los sueldos elevados de estos grupos, pero cambiamos de orden social y de alianza. Las consecuencias para las clases populares son enormes. No he hablado del aspecto imperialista pero estas sociedades de la posguerra siguen siendo imperialistas, en América Latina en particular. No quiero decir que fue un período muy bueno sino que solamente explico que para las clases populares también en América Latina el poder de compra aumentó, la sociedad mejoró. Después como se sabe con las dictaduras y el neoliberalismo todo cambió.

¿Es posible un nuevo 'giro a la izquierda'?

SEC: En la fase actual del capitalismo, la llamada fase mundializada del capital, se da un fuerte tendencia a la segmentación del proceso productivo, a la globalización de las cadenas de valor, a la transnacionalización de la clase capitalista y al incremento de la actividad financiera. En este marco, mi pregunta sería si usted cree que existe en la actualidad la posibilidad de revivir estas "alianzas hacia la izquierda" como existió en el pacto de la posguerra.

GD: No he hablado del aspecto global, que es evidentemente un aspecto central del neoliberalismo. En conjunto con la modificación de la gerencia de las empresas y de las políticas, el neoliberalismo también implicó un proceso de apertura de fronteras para colocar a todos los trabajadores del mundo en una situación de competencia, con libre movimiento de capitales y libre comercio. He mostrado en mi exposición la pelota de instituciones financieras que se centra en EEUU y el Reino Unido pero también en Europa y otros países. Realmente eso representa la red del capital, de la propiedad. El enemigo es fuerte, evidentemente, para citar a Mao Tse Tung[4]. Acabar con esto es algo muy difícil. Estamos hablando de otro tipo de compromiso social con más posibilidades de progreso. La reversión de este tipo de orden social sólo se puede dar mediante la lucha. El capitalismo se encuentra en una crisis y está reaccionando de forma muy fuerte. Analizando el "postneoliberalismo" observamos que también puede darse a una nueva alianza a la derecha de continuar estos grupos ejecutivos en el poder. La intervención de los gobiernos es muy fuerte, no es liberal bajo ningún concepto, se deben distinguir las metas de clases de un orden social y sus métodos. Ahora los Estados Unidos tienen las mismas metas de clase pero los métodos sí cambiaron ya que hay una intervención enorme del gobierno por razones nacionalistas. Ven que están perdiendo su dominio mundial, que se ralentiza el crecimiento de su economía y que el presupuesto militar de China crece al 12% anual y debe reaccionar. En 2015 entramos en una nueva época porque los Estados Unidos votaron una Ley para acabar con los paraísos fiscales porque necesitan el dinero para financiar el ejército. Eso va a dañar a las clases capitalistas porque la nueva legislación tiene el poder suficiente para imponer que todas las instituciones financieras del mundo declaren la identidad de la riqueza de los ciudadanos de EEUU en sus cuentas. La aparición de tantos millonarios habría sido imposible sin la existencia de los paraísos fiscales. En este nuevo período tal vez se dañen los intereses de las clases capitalistas, pero eso no significa el retorno a la izquierda sino un gobierno fuerte con nuevas políticas. Un Estado imperialista que va a ver su dominio disminuir, pero no significa que se vayan a conseguir alternativas de izquierda. Para ello se requiere luchar.

America Latina, alianzas de clase y el capitalismo neoliberal.

SEC: En América Latina nuestras clases gerenciales no sólo son pequeñas sino que además están fuertemente transnacionalizadas y se encuentran plenamente articuladas con los intereses del gran capital trasnacional. Además, los grandes proyectos de inversión que se dan en la región reproducen la lógica dependiente en que la región se inserta en la división internacional del trabajo. En este contexto, ¿Usted considera que su análisis sobre las distintas clases sociales se podría replicar para interpretar la realidad latinoamericana?¿Qué tendría que ocurrir para que estas capas medias, gerenciales, burocráticas o tecnocráticas perciban que una alianza con las capas populares es posible y en todo caso deseable?

GD: Evidentemente el análisis que acabo de hacer no se aplica de la misma manera a América Latina. Sería otra historia, tendría que hablar del período de sustitución de importaciones, de la emergencia de un capitalismo local, etc. Ahora estamos dentro de una nueva fase que es la inserción de la economía local se articula con el gran sistema de las empresas trasnacionales. De este modo se dan los mecanismos de la economía mundial con sus grandes empresas, donde los ejecutivos y cuadros locales por supuesto se integran y articulan. En la clase gerencial también podemos encontrar jerarquías, por ejemplo en Francia tenemos grandes cuadros financieros y también cuadros técnicos. Dentro de las clases capitalistas también tenemos jerarquías: desde las grandes familias capitalistas hasta la tienda de la esquina. También en las clases populares hay contradicciones.

SEC: Las cuerdas que tensan las posibilidades de las distintas alianzas me parece que siguen siendo las mismas, en el sentido de que la tensión se resuelve entre los dos polos de la ecuación, y las clases gerenciales se acomodan al contexto.

GD: Exactamente este es nuestro marco de análisis porque las características de las clases gerenciales ahora se encuentran en esta situación, y tienen la posibilidad de vivir bien en alianza con las clases capitalistas y también con las clases populares. Su posición es una posición muy ambigua que depende obviamente de la posición en la jerarquía de muchos otros aspectos. Es exactamente ese el problema.

Socialismo, estructura de clase y poder popular.

SEC: Usted menciona que hay un problema de crisis de utopías. En América Latina en los últimos 10 o 15 años se ha recuperado cierta discusión sobre las posibilidades de transformación de la sociedad: socialismo, u otras formas. ¿Usted cree que se puede trazar un hilo entre el pensamiento socialista que ha existido y la actualidad? ¿Puede ser una alternativa real al neoliberalismo en la actualidad?

GD: Se debe interpretar la historia. No comparto la postura de la gente que repite que se puede hacer el socialismo en cualquier condición. Yo soy un comunista y quiero esta utopía, que no significa un imposible sino un proyecto ambicioso para tener una sociedad mejor. Tienen que entender la relación con lo que acabo de explicar. El tema de los dirigentes es un tema central. Lo que aconteció en la Unión Soviética es que no fue un capitalismo de estado, sino un cuadrismo, en el sentido en que el grupo de los líderes se convirtió en una nueva clase dirigente. Hay estudios de estos mecanismos. A este proceso, en el que los dirigentes sustituían al Pueblo en el proyecto de emancipación, Trotsky lo llamó "sustituísmo". Esta clase se reproduce, quiere vivir bien, quieren mandar a sus hijos a la mejor escuela, etc.  El problema de la burocracia es que frecuentemente, dependiendo de la circunstancia, se vuelve un grupo parasitario.

El problema de los cuadros y los dirigentes es el problema central del socialismo. Evidentemente la idea de una emancipación entra en contradicción con esto. La necesidad de organizar, de controlar, hace que el proceso de estructuración de las clases en el capitalismo se relacione con la idea de levantar el socialismo. En las experiencias actuales, ¿estamos más allá de esta contradicción? No, estamos en el centro mismo de esta contradicción. Así como yo digo "sí comunismo, sí socialismo" también digo que tenemos que pensar en la historia. Esta contradicción no significa que se deba abandonar el programa pero nosotros decimos que lo peor de todo es que los dirigentes lleguen y digan que son el Pueblo. No son el Pueblo. Nosotros decimos que se debe reconocer esta contradicción de clase, pero no significa que no se puede tener un tipo de alianza.

Podemos considerar lo que aconteció después de la segunda guerra mundial. En Suecia, en Francia, e incluso en Estados Unidos las clases capitalistas tenían un poder muy disminuido. Lo que aconteció fue que las organizaciones de las clases populares perdieron realmente su visión de las utopías que se transformaron y se volvieron movimientos para conseguir salarios más elevados, perdiendo la motivación política. En la relación con estos grupos, las clases dirigentes no fueron capaces de controlar la dinámica social. No es fácil evidentemente y no tenemos la solución pero afirmamos que no se puede hacer una emancipación en nombre del Pueblo. Siempre es una alianza entre dos clases y el grupo superior puede tener la capacidad de generar distintas alianzas. Necesitamos un tipo de alianza que sea de lucha continua. Para continuar con esta lucha se necesita un camino político muy fuerte y organizado de las clases populares con tanta democracia y poder local como sea posible.

Por un cambio en la enseñanza de la economía.

SEC: Todos estos debates están ausentes en las carreras de economía de nuestro país y nosotros desde la Sociedad de Economía Crítica hemos impulsado como una de nuestras principales tareas estas discusión y sobre todo insertarla dentro de la enseñanza de la economía a nivel regional y mundial. ¿Qué opina sobre el contexto de la enseñanza de la economía? ¿Cómo se puede dar la disputa de incorporar estos conocimientos e introducir estos debates como una perspectiva de transformación?

GD: Pienso realmente que hoy en día existe una separación entre la historia, la política y la economía que hay que revisar. La historia económica es fundamental. El problema es que los estudiantes deben estudiar economía de forma muy concreta. Del otro lado tienen que tener una cultura histórica muy importante. Estudiar la historia del capitalismo, la historia de las luchas, la historia de los países que se denominaban socialistas, etc. Para mí leer libros con un enfoque económico pero haciendo énfasis en la historia y la política. Pienso personalmente que la lectura de libros es el aspecto central de la enseñanza. Después discusiones, que pueden ser de un lado colectivas en la clase o también mediante grupos de discusión. Luego el examen de veinte minutos del profesor con el estudiante, para hablar sobre el libro y sobre los capítulos asignados. Esa es mi visión y fue la que utilicé cuando dictaba cursos.



[1] Dumenil entiende por finanzas a las capas superiores de la clase capitalista y sus instituciones financieras.

[2] Esta entrevista fue realizada por Leandro Bona (UNLP) y Mariano Treacy (UBA) el día sábado 18 de Octubre de 2014, en el marco de las actividades por las VII Jornadas de Economía Crítica. La entrevista fue editada y corregida para su versión escrita, tal como aparece reproducida en el audio.

[3] Los cuadros o los ejecutivos son la parte superior de los asalariados, la gente que organiza las empresas y el sector público.

[4] Probablemente se refiera a la frase “El enemigo es fuerte y nosotros débiles; en esto reside el peligro de que seamos subyugados”, dicha por Mao Tsé Tung en “Sobre la guerra prolongada”, en el Ciclo de conferencias de Yenán (26 de mayo al 3 de junio de 1939) en la Asociación para el Estudio de la Guerra de Resistencia con el Japón.