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Año 10. Nº 22. Julio 2025
El poder del gran empresariado y la disputa por el mo-
delo de desarrollo en la Argentina reciente (2016-2022)
Emiliano López
LESET-IdICHS/CONICET-UNLP
elopez@fahce.unlp.edu.ar
Eugenia Caronello
FaHCE-UNLP
eugenia.caronello@gmail.com
Horacio Bustingorry
IdICHS/UNLP-AHdPBA
hrbustingorry@hotmail.com
The power of prominent entrepreneurs and the recent dispute
over the development model in Argentina (2016-2022)
O poder do grande capital e a disputa pelo modelo de desenvol-
vimento na Argentina recente (2016-2022)
Fecha de recepción: 18 de octubre de 2024
Fecha de aprobación: 23 de mayo de 2025
Resumen
La perspectiva de los recursos de poder ha desarrollado valiosas herra-
mientas de análisis para dar cuenta de las estrategias adoptadas por los co-
lectivos de trabajadores y trabajadoras para mejorar sus posiciones relativas
en términos de derechos laborales, salarios, representatividad, orientaciones
generales de la sociedad, entre otros aspectos. Sin embargo, consideramos
que el poder debe estudiarse como una categoría relacional, más aún en
las sociedades capitalistas, que se caracterizan por estructuras sociales cre-
cientemente desiguales en dimensiones tanto económicas como políticas.
El presente trabajo tiene dos objetivos centrales. Por un lado, el artículo
desarrolla una discusión acerca de cuáles son las lógicas, niveles y tipos de
poder que detenta el empresariado para comenzar a delinear conceptual-
mente el poder de manera dialógica y, al mismo tiempo, reconocer las asime-
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trías básicas que componen las disputas de poder entre clases dominantes
y subalternas en contextos determinados. Por otro lado, intentamos precisar
esta discusión a partir del análisis del período 2016-2022 en la Argentina
mediante una aproximación metodológica que retome las discusiones acer-
ca del poder estructural, asociativo, social e institucional del gran empresa-
riado en el período mencionado a través de su acción colectiva.
Palabras clave:poder, empresariado, Cambiemos, Frente de Todos, hegemo-
nía
Abstract
The perspective of power resources has developed valuable analytical tools
to account for the strategies adopted by workers’ collectives to improve their
relative positions in terms of labor rights, wages, representativeness, and
general social orientations, among other aspects. However, we consider that
power must be studied as a relational category, even more so in capitalist
societies, which are characterized by increasingly unequal social structures
in both economic and political dimensions.
For this reason, this paper has two central objectives. First, the article de-
velops a discussion of the logics, levels and types of power held by busi-
ness to begin to conceptually delineate power in a dialogical manner and, at
the same time, to recognize the fundamental asymmetries that make up the
power disputes between dominant and subaltern classes in given contexts.
Secondly, we attempt to account for this discussion based on the analysis
of the 2016-2022 period in Argentina through a methodological approach
that takes up the discussions about the structural, associative, social, and
institutional power of big business in the period through its collective action.
Keywords: power, entrepreneurs, Cambiemos, Frente de Todos, hegemony
Resumo
A perspectiva dos recursos de poder desenvolveu valiosas ferramentas de
análise para dar conta das estratégias adotadas pelos coletivos de trabalha-
dores e trabalhadoras para melhorar suas posições relativas em termos de
direitos trabalhistas, salários, representatividade, orientações gerais da so-
ciedade, entre outros aspectos. Porém, consideramos que o poder deve ser
estudado como uma categoria relacional, sobretudo nas sociedades capita-
listas, que se caracterizam por estruturas sociais crescentemente desiguais
em dimensões econômicas e políticas.
À vista disso, o presente trabalho tem dois objetivos centrais. Em primeiro
lugar, o artigo desenvolve uma discussão sobre quais são as lógicas,
níveis e tipos de poder que o empresariado detém para começar a delinear
conceitualmente o poder de maneira dialógica e, ao mesmo tempo,
reconhecer as assimetrias básicas que compõem as disputas de poder entre
classes dominantes e subalternas em contextos determinados. Em segundo
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
lugar, tentamos abordar essa discussão por meio da análise do período 2016-
2022 na Argentina através de uma abordagem metodológica que retoma
as discussões sobre o poder estrutural, associativo, social e institucional do
grande empresariado no período mencionado através de sua ação coletiva.
Palavras-chave: poder, grande capital, Cambiemos, Frente de Todos, hege-
monía
Introducción
Los años nales del siglo XX y los inicios del nuevo siglo vieron emerger en
toda la región latinoamericana una serie de gobiernos populares y progresis-
tas que parecían alcanzar un punto de ruptura con el círculo vicioso del neo-
liberalismo. Las oposiciones al proyecto neoliberal se expresaban a través
de la acción directa, la consolidación de nuevas fuerzas políticas y dirigentes
que supieron trascender la crítica a los proyectos neoliberales para reactivar
los elementos residuales de un sentido nacional-popular y antiimperialista.
En la Argentina, la crisis de la hegemonía neoliberal que comenzó a desarro-
llarse en toda su dimensión desde 1998, y que tuvo su punto más profundo
en el año 2001, no fue la excepción en el contexto de estos procesos conti-
nentales y dio lugar a la emergencia de un modelo desarrollista en clave na-
cional-popular que logró consolidarse por más de una década (López, 2015).
Este modo de desarrollo logró conformar una hegemonía política que tuvo
lugar en un principio impulsado por el empresariado productivo y luego a
partir de la fuerza política que condujo el poder estatal: el kirchnerismo.
Sin embargo, las tensiones y limitaciones económicas de una economía
periférica como la de la Argentina y las nuevas alineaciones políticas na-
cionales e internacionales comenzaron a socavar las bases de sustento del
proyecto hegemónico del kirchnerismo, lo que condujo a su derrota electoral
en 2015 y a una crisis de hegemonía que, a nuestro entender, aún continúa
abierta en la disputa entre dos proyectos societales incapaces de generar
consensos estables en la mayoría de la población: el proyecto desarrollis-
ta nacional-popular y el proyecto neoliberal-conservador (López, 2024a). En
este marco, el presente artículo intenta abonar la discusión acerca de cuáles
han sido las implicancias del poder del gran empresariado que opera en el
país para modicar los pilares del modo de desarrollo vigente hasta 2015.
Consideramos que las posiciones económicas y políticas del gran empre-
sariado a través de diversos repertorios de acción han tenido un impacto
signicativo para provocar cambios de peso sobre las formas concretas que
fue adquiriendo el modo de desarrollo argentino desde 2016. Esta perspecti-
va parte de recuperar los aportes de una variedad de estudios sobre el tema
del poder económico y el impacto que este ha tenido en la determinación
del orden social (Cantamutto, 2024; Schorr, 2021; Wainer, 2019; Cassini et al.,
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
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2021a; Cantamutto y Costantino, 2020; Cantamutto y López, 2019a).
Si bien las categorías de poder estructural y asociativo, y las extensiones
posteriores a estos mismos conceptos han sido desarrolladas desde el enfo-
que de los recursos de poder para el estudio de las organizaciones de traba-
jadores y trabajadoras, consideramos que resulta interesante problematizar
estas dimensiones para el análisis de la acción colectiva del empresariado
dado que, por denición, el poder es intrínsecamente relacional y, por lo tan-
to, la forma de movilizar recursos de poder del empresariado en nuestras
sociedades no puede soslayarse. Por ello, en el artículo intentamos realizar
un aporte analítico a la perspectiva de los recursos de poder para ampliar
estas categorías al estudio de la acción colectiva del gran empresariado.
Esto lo desarrollamos a través del análisis de tres tipos de relaciones: la rela-
ción capital-trabajo, la relación al interior de la clase dominante y la relación
Estado-capital. A su vez, esta propuesta teórica nos permitirá realizar una
aproximación empírica para el período 2016-2022 a partir de fuentes cuanti-
tativas y cualitativas sobre las estrategias económicas y político-discursivas
del gran empresariado para disputar la orientación del modo de desarrollo.
La hipótesis central que trabajamos es que el gran empresariado impulsó
durante los años posteriores al triunfo electoral de Cambiemos en 2015 un
nuevo modo de desarrollo basado en la utilización de una variedad de fuen-
tes de poder (estructural, asociativo, social e institucional). Estas se vieron
reejadas en modicaciones profundas tanto de la dinámica de acumula-
ción de capital como de la construcción de nuevos sentidos comunes con
un impacto perdurable en el conjunto de la sociedad, más allá de 2019. En
lo que sigue, el trabajo se estructura de la siguiente manera. En el apartado
siguiente planteamos una discusión acerca del poder como relación social
y de qué manera puede reinterpretarse el enfoque de los recursos de poder
para el estudio de las estrategias del empresariado. Luego proponemos una
aplicación empírica para el período 2016-2022 en clave económica y política
para intentar poner en práctica algunas de las categorías analíticas sobre
el poder estructural, asociativo, social e institucional del empresariado. Por
último, presentamos algunas reexiones nales del artículo.
1. El poder como relación social y el poder del empresariado
El punto de partida de un estudio acerca de cómo desarrollan su poder
las clases dominantes ha sido parte de las discusiones recurrentes de la
sociología política. La sociología de las élites ha impulsado estas discusio-
nes a lo largo del siglo XX y, en todos los casos, los debates remiten a los
textos clásicos tales como “Economía y Sociedad” de Max Weber o “El 18
Brumario” de Karl Marx, que presentan puntos de partida ineludibles para la
discusión acerca de quiénes detentan poder en las sociedades capitalistas
modernas. No pretendemos aquí realizar un análisis exhaustivo de los apor-
tes acerca de la categoría de poder en las sociedades capitalistas modernas,
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
sino, por el contrario, desarrollar ciertas precisiones acerca de la importancia
que pueden tener los conceptos de poder estructural, asociativo, social e
institucional para la explicación de las estrategias de las clases dominan-
tes en contextos sociohistóricos especícos. Sólo indicaremos, siguiendo a
Gramsci (1986), que el poder es una categoría relacional y, por lo tanto, está
caracterizado por un momento estructural y un momento vinculado a la co-
rrelación de fuerzas.
La mayor parte de los estudios empíricos sobre recursos de poder se han
centrado en las correlaciones de fuerza que desarrollan las clases subalter-
nas y menos en la capacidad del empresariado en sí como clase dominante
para producir “efectos pertinentes” a escala macrosocial, esto es, siguiendo
a Poulantzas (1969), la capacidad de injerencia de una clase o fracción sobre
el conjunto de las dinámicas sociales.
1.1. Elementos para denir el poder del empresariado
La literatura de los recursos de poder ha trabajado y desarrollado el debate
sobre poder estructural y asociativo de colectivos trabajadores y trabajado-
ras. El texto de Perrone et al. (1984) es pionero en este tema y fue este autor
quien señaló la necesidad de vincular la noción de poder estructural con los
elementos que se plantean en los análisis sobre el poder de la burguesía.
La posición que ocupan los trabajadores y las trabajadoras en el sistema
productivo es clave y este poder estructural es el que permite condicionar,
postergar o impedir la dinámica normal de acumulación de capital en el
sector en el cual desarrollan su actividad (Perrone et al., 1984). Dicho poder
proviene por tanto del grado de centralidad del sector en las interacciones
económicas del país, esto es, a mayores encadenamientos hacia atrás y ha-
cia adelante, mayor poder estructural detenta ese colectivo de trabajadores
y trabajadoras (Barrera Insua et al., 2024). Como indica Schmalz (2017), el
enfoque de los recursos de poder ha alcanzado un reconocimiento interna-
cional como una heurística de investigación sobre temas de revitalización
sindical y conictos distributivos, entre otros aspectos.
En general, estos análisis dan cuenta de los dos momentos vinculados al
poder desde el punto de vista de los trabajadores y las trabajadoras (las co-
rrelaciones de fuerza y las posiciones en la estructura social), pero no ponen
el foco en las formas concretas que adopta el poder estructural del capital,
sus capacidades para imponer condiciones de acumulación, la articulación
entre estas posiciones y sus posiciones políticas. Por ello, consideramos ne-
cesario reponer la importancia de las posiciones económicas y políticas del
empresariado que tiene impactos concretos en la relación capital-trabajo, en
la relación entre diferentes capitales y en la relación con el poder estatal. En
particular para el caso argentino, se han realizado una variedad de trabajos
que problematizan estas dimensiones del poder del capital y desarrollan em-
píricamente el tránsito de las demandas empresariales hasta convertirse en
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
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políticas estatales (Cantamutto y López, 2019a; Cantamutto, 2024; Schorr,
2021; Wainer, 2019; Cassini et al., 2021a; Cantamutto y Costantino, 2020; Can-
tamutto y López, 2019a). En este trabajo, intentamos profundizar este campo
de estudios integrando estas perspectivas con los estudios de los recursos
de poder como una primera aproximación para desarrollar un programa de
investigación acerca de las estrategias y los repertorios de acción del gran
capital y sus resultados concretos en la orientación del modo de desarrollo.
A diferencia del planteo de Schmalz (2017), que centra su análisis en las
clases trabajadoras y sus recursos, desde nuestro punto de vista es también
parte inescindible del análisis del poder la imposición de las reglas del jue-
go que habilitan ciertas estrategias y no otras en determinados momentos
históricos concretos. Más allá de esta cuestión, el autor repone una serie de
posibles fuentes o recursos de poder, además del poder estructural y aso-
ciativo que ya habían sido desarrollados por los estudios pioneros en este
campo, que resultan de interés para nuestro trabajo (Schmalz et al., 2018;
Lévesque y Murray, 2010). Además, del desarrollo de la categoría de poder
estructural, Schmalz (2017) remarca que el poder asociativo se vincula con
la construcción política o sindical de los actores colectivos de la clase traba-
jadora. Responde por tanto a la capacidad de formular estrategias que van
desde la organización de comisiones internas hasta niveles de agregación
mayores. Así, este poder asociativo se vincula a los procesos de organiza-
ción de los actores subalternos en diversas escalas. Nuevamente, cabe la
pregunta acerca de los procesos de organización y acción colectiva de las
clases dominantes. Si bien existe una variedad de estudios al respecto, es-
pecialmente en la Argentina, generalmente no se incluye en una perspectiva
que logre analizar con las mismas herramientas analíticas intermedias a la
clase trabajadora y, por lo tanto, consideramos que no se logra comprender
el poder como relación tal como lo presentamos antes.
Ejemplos de trabajos muy valiosos en relación con las clases dominantes
en Argentina son los siguientes: Castellani (2009), quien ha investigado
cómo se construyen ámbitos privilegiados de acumulación y la relación entre
el Estado, las empresas y los empresarios en distintos períodos históricos;
Acuña (1995), quien abordó la discusión de la liberalización económica y el
rol de la burguesía como actor político; y Beltrán (2011), que ha analizado las
paradojas de la acción empresaria y la persistencia de las reformas estructu-
rales a través de estas asociaciones. Por otra parte, existen investigaciones
sobre el lobby empresarial en la Argentina, como las realizadas por Dossi y
Panero (2022) para el periodo del gobierno de Cambiemos. Adicionalmente,
el fenómeno del tránsito de individuos entre altos cargos en el sector privado
y puestos clave en el Estado, siguiendo una mirada más instrumentalista del
Estado como la que ha propuesto Miliband (1969), ha sido desarrollada en el
Observatorio de las Élites Argentinas (Canelo et al., 2017). Si bien la mayoría
de estos valiosos estudios realizan análisis sobre la organización política
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
del empresariado, contemplan mecanismos que no logran ser puestos en
relación con las clases trabajadoras, perdiendo de vista el carácter relacio-
nal del poder. En cierta medida, consideramos que incluir estas perspectivas
sobre la organización política del empresariado en el marco de los estudios
de recursos de poder puede permitir categorías intermedias para el análisis
relacional del poder en contextos históricos determinados.
Los estudios mencionados permiten comprender que el empresariado for-
ma sus propias organizaciones, que en ocasiones responden a demandas
corporativas de sector o rama (las cámaras empresariales en diferentes es-
calas geográcas) y en otros momentos se organizan a través de uniones
que nuclean a más de un sector o rama, o bien a grandes empresas, y, por
otra parte, también establece agrupamientos, sobre todo del gran empresa-
riado, que responden más a una agenda político-ideológica que a deman-
das propiamente vinculadas a las necesidades de la acumulación de capital
(think tanks). Los atributos que Schmalz (2017) destaca para dar cuenta del
poder asociativo de los colectivos de la clase trabajadora pueden ser útiles
para pensarlos desde las diferentes formas de organización del empresa-
riado. Recursos infraestructurales, tales como los espacios físicos, personal
especializado, entre otros; la ecacia organizativa, la participación de los a-
liados o integrantes, y la cohesión interna son elementos que pueden ser
de utilidad para pensar el accionar de cámaras empresariales, think tanks y
uniones de empresarios.
Por último, las discusiones acerca de los recursos de poder de los trabaja-
dores y las trabajadoras destacan como relevantes los aspectos que tienen
que ver con la dimensión social del poder (los poderes de cooperación y la
capacidad discursiva) y, por otra parte, con la dimensión institucional (que
remite a los estatutos, leyes, etcétera, que los colectivos de trabajadores y
trabajadoras logran impulsar y hacer cumplir). No haremos aquí un análisis
detalle de estos temas; sólo retomamos algunas cuestiones puntuales de
estos enfoques que nos permitan indagar acerca del poder del capital. En pri-
mer lugar, entendemos que el poder social remite a la capacidad hegemóni-
ca de un grupo, colectivo, partido o incluso personas concretas. La capacidad
para imponer una agenda, reproducirla en el tiempo y generar consensos
en la mayoría de la población es una clara expresión de poder del grupo o
colectivo que enuncia y disputa la orientación general de la sociedad que ha
sido pensada y discutida por Gramsci (1986). Dejar de lado la capacidad he-
gemónica de quienes detentan el núcleo del poder estructural en la sociedad
de clases provoca serios problemas para comprender coyunturas históricas
especícas y los marcos de las correlaciones de fuerzas sociales. Por ello, el
poder social del empresariado es clave para el análisis de las condiciones de
subjetivación y producción de los órdenes sociales en momentos concretos.
En segundo lugar, la institucionalidad del Estado capitalista cristaliza las co-
rrelaciones de fuerzas sociales que se dan en la estructura social. En este
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
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sentido, como ha destacado Jessop (2014), el Estado tiene una respuesta
asimétrica a las demandas de los diferentes colectivos de clase debido a la
selectividad estratégica de quienes detentan el poder estatal en un contexto
determinado. De esta manera, las reglamentaciones, legislaciones y hasta
la jurisprudencia que provoca efectos concretos en los conictos entre em-
presarios y trabajadores, y también entre diferentes grupos de empresarios,
dan cuenta de los diferenciales de poder estructural, asociativo y social que
poseen determinados actores de las clases dominantes por sobre otros.
Dadas estas discusiones, en el cuadro 1 intentamos complementar la pro-
puesta de Schmalz (2017, p. 26), a través de la inclusión de diferentes nive-
les de disputa de poder y tipos de poder para empresarios y trabajadores
y trabajadoras.
Algunas de las categorías propuestas por Schmalz (2017) las modicamos
porque consideramos que son más precisas para dar cuenta de los niveles
de disputa del poder y de las lógicas de imposición de la dominación. Con
este esquema analítico en mente, en lo que sigue proponemos un análisis
Fuente: elaboración propia en base a Schmalz (2017).
Cuadro 1. Categorías y niveles de poder para empresarios y trabajadores.
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
del poder del gran empresariado en la Argentina, en lo que es una prime-
ra aproximación con este marco analítico propuesto en el presente artículo,
durante el período 2016-2022. Intentamos contemplar y ampliar los estu-
dios previos sobre el tema a través de las consideraciones analíticas plan-
teadas. Consideramos interesante analizar dos periodos con gobiernos de
diferentes signos políticos que permite dar cuenta de que las estrategias
del empresariado son tomadas a partir de un cálculo estratégico estructu-
ralmente situado (Jessop, 2007), desplazando la mirada estadocéntrica que
en ocasiones se presenta en este tipo de análisis. Para ello trabajaremos
mediante la articulación de dimensiones cuantitativas basadas en fuentes
estadísticas que nos permiten dar cuenta del poder estructural y dimensio-
nes político-discusivas, a través del análisis crítico del discurso propuesto
por Wodak (2002), que nos permiten dar cuenta del poder asociativo, so-
cial e institucional del empresariado. Para ello, tomaremos como fuentes los
diarios de tirada nacional más importantes como así también declaraciones
y documentos de las propias entidades empresariales como corpus. Como
hemos dicho, trabajaremos en tres relaciones que involucran el poder del
empresariado: la relación capital-trabajo, la relación entre capitales y la rela-
ción con el Estado.
2. Composición de las fuentes de poder del gran empresariado en Argentina:
el gobierno de Cambiemos al del Frente de Todos
Como hemos mencionado, existen una variedad de estudios que utiliza-
mos como referencia para analizar el comportamiento del empresariado du-
rante los años de Cambiemos. Por ejemplo, los trabajos de Schorr (2021) y
García Zanotti y Schorr (2022) puntualizan quiénes han sido los ganadores
en términos económicos de la contraofensiva neoliberal que llevó adelante
Cambiemos. En este caso, los textos encuentran que las ramas nancieras y
los sectores de servicios fueron los que se beneciaron fuertemente del pro-
ceso de apertura y liberalización que llevó adelante el gobierno de Mauricio
Macri. Sin embargo, como han trabajado Cantamutto (2024) y Cantamutto
y López (2019b) a partir de las posiciones y los discursos del gran empresa-
riado, esto no implicó que el apoyo al proyecto de Cambiemos fuera de una
fracción puntual del capital sino, por el contrario, fue el programa del conjun-
to del gran capital. Este proyecto tuvo sus propias limitaciones para conver-
tirse en un modelo económico estable y, sobre todo, para transformarse en
una perspectiva que orientara el conjunto de la sociedad, esto es, el proyecto
de Cambiemos tuvo serias dicultades para convertirse en una hegemonía
estable (Cantamutto y López, 2019a).
Una hipótesis que sostenemos en este artículo, acorde con los planteos
de ciertos autores (Varesi, 2018), es que la llegada de Cambiemos al poder
no puede explicarse sin tomar en cuenta la conformación, luego de 2008 y
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
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el llamado conicto del campo, de dos bloques antagónicos en la política
nacional que reactivaron la dicotomía clásica entre populismo y antipopu-
lismo (Adamovsky, 2017; Semán, 2021). Precisamente, esta conformación de
bloques antagónicos tuvo, como ha discutido López (2024a), como enuncia-
dores privilegiados1 a la fuerza en el poder (el kirchnerismo) y las organiza-
ciones representativas de los productores agropecuarios (la llamada “Mesa
de Enlace”2). Por supuesto, este conicto tomó dimensiones mayores a lo
esperado debido al rol de parte de los medios de comunicación masivos y
las grandes cámaras empresariales (como la Asociación Empresaria Argen-
tina3), que tomaron esta crisis política como un momento clave para la cons-
trucción de un mito republicano a partir de una demanda que, en principio,
respondía solo a un interés corporativo de un sector del empresariado. De
allí en adelante, el bloque antipopulista consolidó posiciones con el gran em-
presariado a la cabeza de la contienda. En este trabajo, de todas maneras, no
pretendemos hacer un recorrido exhaustivo acerca de las causas centrales
de la crisis del proyecto de desarrollo que encarnó la experiencia política
kirchnerista, que evidentemente posee múltiples dimensiones.
En este contexto, a medida que las barreras económicas tendieron a acen-
tuarse luego de 2012, las propuestas del ocialismo encontraron grados
cada vez menores de politicidad frente a la mayor politización y radicaliza-
ción del polo opositor. Las asociaciones empresariales de mayor peso nu-
cleadas en el Foro de Convergencia Empresarial y el Instituto para el Desa-
rrollo Empresarial de Argentina (IDEA) fueron las que instalaron en la agenda
pública una serie de demandas que se consolidaron como la base para un
programa de oposición con clara orientación republicana liberal4. Las diver-
sas organizaciones empresariales volvieron así a tomar la iniciativa con una
crítica furiosa a la política del gobierno. Esto le permitió aparecer como un
actor clave en la articulación de las iniciativas antipopulistas, más allá de sus
demandas corporativas, hacia las elecciones de 2015. En denitiva, después
del año 2012, el conjunto del gran empresariado avanzó en la consolidación
1- Con enunciador privilegiado referimos a aquellos actores colectivos o dirigentes que
logran ubicarse en el centro de la escena en la cual circulan los discursos en un momento
determinado. Para mayores detalles, ver Verón (1987).
2- Esta instancia de coordinación política estaba formada por la Sociedad Rural Argentina
(SRA), la Federación Rural Argentina (FAA), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA)
y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO).
3- En una entrevista, Jaime Campos aseguró que “El punto de inexión fue la crisis agro-
pecuaria, porque desde entonces pasamos a un período en que sentíamos que los empre-
sarios eran concesionarios, no dueños de empresas. Y eso fue minando la autoestima del
empresariado” (La Nación, 13 de diciembre de 2009).
4- Estos lineamientos pueden verse en el documento fundacional del Foro de Conver-
gencia Empresarial en 2014. Cfr. https://archivo.consejo.org.ar/noticias14/foroempresa-
rial_2404.html
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
de una alternativa político-partidaria al kirchnerismo (Cantamutto, 2024). La
coalición Cambiemos fue el resultado concreto de este programa del gran
capital y sus socios subordinados que, como señala Bona (2019), dejaron de
lado sus tensiones previas y abonaron un programa económico neoliberal.
La llegada al poder de Cambiemos modicó signicativamente dos aspectos
centrales del modo de desarrollo: la dinámica de acumulación y las claves de
interpretación o bien elementos constitutivos del sentido común que habían
aparecido como indiscutidos en años previos (López, 2024a). Sobre estas ba-
ses de cambio económico y político se construyeron los nuevos sentidos y
orientaciones generales de sociedad que, magnicadas por la pandemia del
COVID-19, dieron lugar al doble fracaso: el del proyecto nacional-popular y el
del proyecto neoliberal, que, en denitiva, dio espacio político al surgimien-
to de un proyecto de derecha extrema que logró cosechar los votos de un
tercio del electorado en 2023 (Balsa, 2024; Piva, 2024). Armamos aquí que
Cambiemos logró articular demandas económicas del empresariado con ele-
mentos conservadores del sentido común que echaban por tierra la presun-
ta estabilidad que había logrado el orden social kirchnerista en relación con
ciertos núcleos de buen sentido (Waiman, 2015). La fortaleza y la profundidad
de la ofensiva neoliberal en América Latina desde 2012 en adelante dieron
cuenta del intento, por parte de los actores que promovieron estos proyectos,
de interpelar a amplios sectores de la población a través de estrategias políti-
cas diversas para activar “sentidos comunes neoliberales” que permanecían
subordinados en el momento de emergencia y consolidación de los proyectos
progresistas (Crouch, 2012; Murillo, 2020). Es en este punto que nos pregun-
tamos cómo pensar y a través de qué estrategias metodológicas podemos
analizar las fuentes de poder del gran empresariado en la Argentina.
2.1. Relación capital-trabajo
Comencemos por las relaciones capital-trabajo. Encontramos que el poder
estructural del capital tuvo su expresión más signicativa en una redistribu-
ción regresiva de ingresos entre clases. La mayor parte de los estudios sobre
este proceso dan cuenta de una signicativa unidad política del gran empre-
sariado, más allá de las diferentes fracciones y los diversos intereses que,
en buena medida, dieron lugar al gobierno de Cambiemos en sí y a insta-
lar su narrativa como la más aceptable socialmente (Schorr y Wainer, 2023;
Cantamutto y López, 2019a). Un aspecto central que permite dar cuenta de
esta ofensiva general y unicada del capital es la redistribución de ingresos
en detrimento de los trabajadores y las trabajadoras a través de estrategias
que fueron, por acción u omisión, mediadas por el aparato estatal. En este
sentido, podemos ver que la redistribución de ingresos desde los trabaja-
dores hacia el capital se incrementó de manera signicativa en el período
2016-2022 en relación con los años previos. Así, la redistribución progresi-
va de ingresos que caracterizó el período del orden social desarrollista na-
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
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cional-popular (López, 2015) fue revertida radicalmente a partir de la nueva
ofensiva neoliberal.
La gura 1 muestra claramente que la distribución de ingreso tomó una
tendencia regresiva desde el año 2014 en adelante. Esto expone de manera
precisa la imposición del poder estructural del conjunto del capital sobre el
trabajo. Este poder estructural del capital expresado frente al conjunto de
la clase trabajadora tuvo, sin duda, diferencias sustanciales entre sectores.
Dicho poder del empresariado no es uniforme entre los diversos sectores y
ramas. En buena medida, el poder de producción y de mercado se encuen-
tran concentrados en aquellas ramas que tienen una mayor centralidad en
los intercambios en la red de producción nacional.
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.
*La masa de ganancia fue calculada a partir del valor agregado bruto a precios corrientes
menos la masa salarial y los ingresos de las actividades autónomas. La masa salarial fue
calculada a partir de los datos de Cuentas Nacionales del INDEC.
Figura 1. Ingresos del capital en relación con los ingresos del trabajo, Argentina 2003-2022*.
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
Como señalan Barrera Insua et al. (2024), el sector agropecuario, el sector
productor de alimentos y el comercio poseen posiciones de centralidad muy
marcadas en la Matriz Insumo Producto de Argentina para el año 2018. Si
tomamos en cuenta la dinámica sectorial de la distribución de ingresos entre
capital y trabajo, encontramos que los sectores que más avanzaron en una
distribución regresiva de ingresos fueron hoteles y restaurantes, industria
manufacturera y comercio mayorista y minorista (ver cuadro 2).
La redistribución de ingresos en favor del conjunto del capital y de algunas
ramas en particular nos permite vincularlo, además, al poder asociativo y so-
cial. Los principales agrupamientos empresariales impulsaron una variedad
de macrotemas en la agenda pública de manera conjunta que permitió llevar
delante casi una década de retroceso distributivo. La AEA, la UIA, la SRA y
el conjunto de los actores corporativos y referentes empresariales de impor-
tancia destacaron desde la crisis de hegemonía del proyecto kirchnerista y,
sobre todo, a partir de la asunción de Mauricio Macri, una serie de macro-
temas o sintagmas (Wodak, 2002) vinculados a la “eciencia operativa”, la
“necesidad de reducción de costos” y la necesaria “mejora de competitivi-
dad” como elementos articuladores de la unidad del gran empresariado en
el plano político. La AEA organizó una jornada completa para discutir sobre
los costos de la logística, llamado “Infraestructura del transporte y costos
logísticos: los desafíos de crecer”, que contó con la presencia del ministro
Dietrich. Evaluando el tipo de cambio estable, sus demandas se centraron
en reducir trámites, ampliar la red ferroviaria, reducir el costo laboral, eximir
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.
Cuadro 2. Ingresos del capital en relación con los ingresos del trabajo por rama de
actividad, Argentina 2003-2022.
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
36 37
de IVA al transporte de cargas o subsidiar combustible. Sin duda, el eje más
importante en relación con la reducción de costos fue el vinculado a los cos-
tos laborales. Este nodo interdiscursivo se mantuvo entre los reclamos em-
presariales más relevantes en el gobierno de Cambiemos y luego durante el
gobierno del Frente de Todos. Cabe señalar que, aunque debido al programa
de política económica regresiva, el aumento del desempleo y la caída soste-
nida del salario real, los costos se redujeron, durante el período 2016-2019 no
lo hicieron a los niveles que requería el gran empresariado (Fernández Blan-
co y Terrile, 2018; Página12, 2016) Por ello, el gobierno de Cambiemos tomó
estas demandas como propias y tuvo como uno de sus objetivos centrales
deslegitimar a las organizaciones de trabajadores y trabajadoras para apli-
car una reforma laboral regresiva. Asimismo, las empresas también reclama-
ron en este sentido los sobrecostos derivados del alto grado de litigiosidad
laboral que impulsaba la “industria” o “maa” del juicio laboral (Urien, 2017;
Lewkowicz, 2017).
Las soluciones que demandaban con relación a estos problemas apunta-
ban a una reforma laboral integral que, si bien fue tomada en cuenta por el
gobierno en línea con el “reformismo permanente” que proponía, no pudo
realizarse debido a la resistencia social y política que presentó su tratamien-
to (Reartes y Pérez, 2018). Sin embargo, a pesar de que no se logró una refor-
ma laboral completa, a lo largo del período las empresas pudieron encontrar
ciertas respuestas parciales a sus demandas. Por ejemplo, los acuerdos que
logró el sector petrolero en 2017 con el gobierno, mediante los cuales modi-
caban las condiciones laborales del sector avalando mayor exibilización
(Dellatorre, 2017). Asimismo, las empresas también vieron orientarse las po-
líticas de gobierno según sus demandas tras la decisión que tomó Mauri-
cio Macri de vetar la ley de Emergencia Ocupacional o ley “antidespidos”
ampliamente rechazada por los empresarios por considerarla “innecesaria”
y agresiva con el mantenimiento y generación de empleo. Tras la asunción
del Frente de Todos, las pretendidas soluciones a los problemas en relación
con los costos laborales se abordaron mediante subsidios y programas de
apoyo tales como el Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), en el cual el
Estado Nacional se hacía cargo de parte de los salarios que correspondían
pagar al empresariado. Sin embargo, las necesidades de reforma laboral se
mantuvieron como centro de las demandas empresariales que la considera-
ban como una medida “impostergable” para enfrentar la salida a la situación
de la pandemia y la recesión. Durante la tercera ola de coronavirus, los em-
presarios demandaron al gobierno del Frente de Todos una reforma laboral
(Azcurra, 2020; Balinotti, 2022; La Nación, 2020) de emergencia pidiendo
exibilidad para despedir y contratar personal al menos por dos años; una
reducción del costo y riesgo de despido; una reducción en los aportes patro-
nales; y un plan de jubilación anticipada. Desde el gobierno se negó la posi-
bilidad de avanzar en este sentido, pero en un gesto a favor del empresariado
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
comunicó que no se prorrogaría la prohibición de despidos ni el pago de la
doble indemnización dispuestas en el marco de las medidas de emergencia
por la pandemia de COVID-19 (Decreto 329/2020), sino que su vencimiento
se mantendría según lo estipulado. Siguiendo esta misma línea de reclamos,
los empresarios también continuaron expresando ansiedades frente al “mie-
do” a contratar y a las multas laborales, cuestiones que el gobierno denió
no como relacionadas a las indemnizaciones en sí, sino a la “industria del
juicio” en el fuero laboral (Dapelo, 2021). Por lo dicho, si bien no tuvo el éxi-
to pretendido en el corto plazo, la instalación de los sintagmas vinculados a
las “maas sindicales” y a la “industria del juicio laboral” han tenido cierta
efectividad al incluir a los sindicatos como estructuras propias de la “casta”
(Balsa, 2024). Si bien existen una variedad de otros elementos a incluir como
parte del poder asociativo y social del gran empresariado, este punto marca
a las claras una capacidad diferencial frente a las estrategias sindicales que
intentaron resistir los embates, pero no lograron en ningún caso una ofensiva
frente a las estrategias del capital (Barrera Insua y Noguera, 2023). Es claro
que esta dimensión debe ser trabajada en detalle en futuros trabajos.
2.2. Relaciones entre sectores del capital
Por su parte, para pensar el poder del capital en el período, es necesario dar
cuenta de las relaciones entre diferentes ramas y cuáles han sido los gana-
dores y perdedores en la etapa en términos económicos y de qué manera
estos sectores se articularon en términos políticos. De acuerdo con Wainer
(2019), el gobierno de Mauricio Macri no solo representó una ofensiva contra
la clase trabajadora, sino también un reacomodamiento de las relaciones de
fuerza entre las distintas fracciones capitalistas, mediante una redistribu-
ción del excedente, que determinó ganadores y perdedores al interior de la
clase dominante. En efecto, durante esta etapa hubo un cambio de precios
relativos que favoreció primordialmente a algunas empresas proveedoras de
servicios, cuyos precios hasta entonces permanecían regulados por el Esta-
do, junto con un conjunto de rmas dedicadas al procesamiento de recursos
naturales y aquellas insertas en los negocios nancieros. Es importante te-
ner presente que los indicadores de distribución de ingresos entre capital y
trabajo que presentamos previamente no se ven modicados por los efectos
distributivos al interior de la clase dominante. Desde nuestra perspectiva,
son dimensiones diferentes del poder estructural de los diferentes sectores
empresariales. Es por ello que, si bien la industria manufacturera ha presen-
tado una distribución regresiva de ingresos entre 2016 y 2022 en relación
con la etapa anterior, en cuanto a la distribución al interior del capital, la in-
dustria manufacturera resultó una de las principales actividades perjudica-
das (Cassini et al., 2021a).
Si volvemos sobre los cambios en los precios relativos, encontramos que
la evolución desagregada de los mismos por rubro para el subperiodo 2015-
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
38 39
2017 arroja un crecimiento de la distribución de gas y agua en un 278,5% y
170,1% respectivamente, producción agrícola en un 157,0%, la generación y
distribución de energía eléctrica en un 140% y la intermediación nanciera
en un 131,9% (Wainer, 2019). Las empresas de servicios públicos encargadas
de la distribución de gas, agua y electricidad fueron beneciadas por la habi-
litación del gobierno de Cambiemos de los incrementos tarifarios, justica-
dos tanto por la necesidad del equilibrio scal (la demanda de reducción de
subsidios) y la idea de garantizar presuntas inversiones a partir de mejorar
los incentivos del sector. Esta alteración en los precios relativos de las ra-
mas mencionadas posibilitó que, hacia 2017, los tres rubros lograsen superar
el atraso relativo padecido durante la etapa kirchnerista. Entre los sectores
dedicados al procesamiento de recursos naturales sobresalieron los hidro-
carburos. La devaluación inicial en forma mancomunada con la dolarización
y convergencia de los precios sectoriales internos a valores internacionales
signicaron un enorme benecio para las empresas petroleras (Cassini et
al., 2021a). No por casualidad, este rubro fue el mayor receptor de Inversión
Extranjera Directa, en especial para los proyectos desarrollados en la forma-
ción Vaca Muerta, si bien esta tendencia ya se visualizaba hacia nes del
segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En el caso del agro, su
desempeño no fue tan sobresaliente en términos comparativos, dado el es-
quema de retenciones implementado a partir del acuerdo con el Fondo Mo-
netario Internacional a partir de 2018. La agricultura inicialmente mejoró su
posición relativa producto de la devaluación y eliminación de retenciones en
todos los cultivos con excepción de la soja. Sin embargo, las disposiciones
establecidas por el organismo multilateral de crédito para esta leguminosa
implicaron que el sector agropecuario fuera uno de los ganadores de menor
relevancia en el periodo (Cassini et al., 2021a), lo cual parece contrastar a
priori con la eufórica recepción del proyecto económico de Cambiemos por
parte de los mayores exponentes del sector. El punto clave radica aquí en
que la posición estructural de los diferentes sectores no se condice de ma-
nera unívoca con la posición política de estos actores dominantes.
Al interior de la industria manufacturera, fueron las empresas orientadas
exclusivamente al mercado interno las que sufrieron el perjuicio de la de-
valuación en combinación con la retracción en el consumo, la apertura co-
mercial, los elevados costos por aumentos de tarifas y las prohibitivas tasas
de interés. Solo unas pocas rmas orientadas a la exportación tuvieron un
desempeño positivo al verse beneciadas por los efectos de la depreciación
cambiaria (Cassini et al., 2021a). Cabe resaltar que este cuadro de desin-
dustrialización y de retroceso sectorial durante el gobierno de Cambiemos
puede ser inscripto en un proceso iniciado en la década del ‘70 (Cassini et
al., 2021b). Otros de los grandes ganadores de la etapa fue el sector nan-
ciero, favorecido por la liberalización del movimiento de capitales y de los
controles cambiarios. A partir de tales medidas, inversores de procedencia
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
local y extranjera valorizaron sus tenencias de activos nancieros nomina-
dos en pesos, endeudándose en el exterior e invirtiendo en la plaza local
con importantes rendimientos debido a la elevada tasa de interés interna y,
posteriormente, realizando sus ganancias en moneda dura vía fuga de ca-
pitales, operación denominada carry trade. De este modo, la especulación
nanciera se constituyó en el eje principal de la dinámica económica durante
el periodo (Cassini et al., 2021a). A título ilustrativo, cabe consignar que las
ganancias totales de los bancos en 2018 superaron en un 25% a la generada
en 2015 (Cassini et al., 2021a), benecios generados no por una expansión
de los servicios prestados, sino por un cambio de los precios relativos direc-
tamente asociado a las operatorias vinculadas a letras emitidas por el Banco
Central. Esta dinámica sectorial fue profundizada por las corridas cambiarias
de 2018 y el acuerdo con el Fondo de ese año. En abril de 2018, el JP Morgan
comenzó a deshacerse de tu tenencia en Lebacs y decidió adquirir divisas,
operación imitada por otros actores del sector (Mercatante, 2019). Ante este
panorama, fue rmado un acuerdo con el FMI que, entre otros consideran-
dos, introdujo una nueva política monetaria que jó un límite a la cantidad
de circulante mediante la creación de letras emitidas por el Banco Central
(LELIQS) con elevadas tasas de interés, muy corto plazo de vencimiento y
destinadas solo a los bancos. De este modo, las ganancias de 2018 por tí-
tulos y letras del sistema bancario crecieron un 90% a valores reales en tér-
minos interanuales, a la vez que la devaluación incrementaba las ganancias
patrimoniales en alrededor del 100% (Cassini et al., 2021a). Cabe señalar que
la nanciarización del período no se circunscribió a actores exclusivamente
nancieros, sino que abarcó a muchos capitales con presencia en la econo-
mía real, lo cual es una forma ya típica de los procesos de nanciarización
neoliberal (García Zanotti y Cassini, 2024).
De forma similar a otros periodos, durante el gobierno de Cambiemos, la
concentración económica y el desarrollo de los grandes conglomerados fue
clave. Como señalan García Zanotti y Schorr (2022), hacia 2019 el peso de
las 200 empresas de mayor facturación en el valor de producción del país
alcanzaba el máximo de los últimos años (alrededor de un 27%). Los auto-
res remarcan que, con respecto a 2015, este nivel representa un aumento
de más de 6 puntos porcentuales. Entre los conglomerados de más noto-
rio crecimiento encontramos, por caso, el Grupo Emes dirigido por Marcelo
Mindlin, que apuntó a consolidarse como un holding energético con el obje-
to de incrementar su valor bursátil mediante la centralización de capital. La
adquisición de PETROBRAS en 2016 por parte de Pampa Energía completó
un proceso de integración vertical y horizontal con la posesión de rmas
pertenecientes a las etapas de generación, transporte y distribución de elec-
tricidad; extracción y transporte de gas natural; sumado a la posesión de re-
nerías y estaciones de servicios. De este modo, el endeudamiento contraído
en la etapa, los benecios por los aumentos tarifarios, la avanzada sobre
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
40 41
los salarios reales, la reducción signicativa de derechos de exportación que
permitió una redistribución del excedente hacia la elite exportadora, las de-
valuaciones sucesivas del tipo de cambio permitieron un acelerado proceso
de centralización de capital (García Zanotti y Schorr, 2022). Este proceso, a
su vez, se combinó con inversiones nancieras que tomaron como priorita-
rio el sector primario-extractivo e involucraron nuevas dinámicas de inser-
ción subordinada a las cadenas globales de valor (García Zanotti y Cassini,
2024), desplazando aún más a los sectores industriales. Otro caso intere-
sante para mencionar es el del Grupo Techint. Particularmente, se destacó
la petrolera Tecpetrol, que mediante un intenso endeudamiento, incursionó
en la extracción de gas en el área Fortín de Piedra ubicada en la formación
no convencional Vaca Muerta. El desarrollo fue posible por una combinación
de subsidios de parte del gobierno nacional y de obtención de recursos vía
endeudamiento a través de obligaciones negociables y de préstamos intra-
rma provenientes de guaridas scales (Cassini et al., 2021a).
Es evidente que el desempeño económico de las empresas de ambos gru-
pos durante la etapa tuvo relación directa con las políticas implementadas
por el gobierno de Cambiemos. Como sostienen Cassini et al. (2019), los
cambios en los precios relativos fueron un acto deliberado de dicha ges-
tión que tuvieron repercusiones directas sobre la facturación y sobre las
ganancias de las compañías beneciadas (Wainer, 2019). Resulta evidente,
además, que estas medidas formaron parte de un programa más general
elaborado en el seno de agrupamientos patronales. Cabe señalar también
que tanto Marcelo Mindlin como Paolo Rocca, máximos directivos del Grupo
Emes y del Grupo Techint respectivamente, integran la Asociación Empre-
saria Argentina (AEA), la Unión Industrial Argentina (UIA), los coloquios de
IDEA y el Foro de Convergencia Empresarial. Aun así, corresponde hacer dos
salvedades. En primer lugar, es necesario desarrollar una mirada más preci-
sa con respecto a los intereses empresariales que representan cada uno de
esos espacios patronales. En ocasiones, las rmas con mejor desempeño en
un sector de actividad económica no son integrantes el grupo de control de
las cámaras representativas, como fue demostrado para el caso de la indus-
tria de la construcción durante la última dictadura cívico-militar (Bustingorry,
2022). Por ejemplo, el rol prominente de Rocca en AEA no tiene parangón
con su desempeño en la UIA donde los alineamientos han sido más cam-
biantes. En segundo lugar, el poder estructural de los conglomerados como
los aquí analizados excede ampliamente las coyunturas de gobiernos anes
con mayor receptividad a la prédica patronal. Un claro ejemplo de lo mencio-
nado lo representa la construcción del gasoducto Néstor Kirchner durante
el gobierno de Alberto Fernández y la polémica suscitada sobre los actores
intervinientes. Su construcción favoreció la estrategia de integración vertical
del Grupo Techint en la industria de los hidrocarburos. Una de sus rmas
desarrolló la producción de acero como insumo industrial mediante la ma-
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
yoría accionaria de Ternium en Usiminas (Brasil), empresa que se encargó
de proveer la chapa para Tenaris Siat (Valentín Alsina), también del Grupo
Techint. Los tubos con costura fabricados en esta planta fueron utilizados en
la construcción del gasoducto por parte de Techint Energía y Construcción
en asociación con Sacde, empresa del grupo Mindlin. Finalmente, y como ya
fue mencionado, otra rma del grupo Techint, Tecpetrol, tiene una destacada
participación en la extracción de gas en Vaca Muerta y, por ende, en la pos-
terior introducción del uido en el gasoducto mencionado. Aquí aparece en
toda su expresión el poder institucional correlacionado fuertemente al poder
estructural del gran empresariado en temas que ni siquiera son parte de la
ciudadanía en general o incluso de las diferentes organizaciones de traba-
jadores y trabajadoras. Es un ejemplo de la instrumentación de las reglas
del juego generales de la acumulación de capital en un período e incluso en
términos de largo plazo (Jessop, 2014).
3.3. Relación capital-Estado
Hay elementos de esta relación capital-Estado que presentamos en los
apartados previos. Aquí queremos señalar solo uno de los nodos interdis-
cursivos que revistió una importancia decisiva durante el gobierno de Cam-
biemos y que su impacto lo podemos ver en la actualidad: el antipopulismo.
Este elemento fue, a nuestro entender, el resultado de una estrategia del
poder social e institucional del gran empresariado y que tiene en el Estado
su caja de resonancia central. Es cierto que durante el gobierno de Cambie-
mos el consenso de los sectores subalternos sobre este nodo pareció durar
poco tiempo, pero consideramos que continuó operando para conformar un
mapa de posiciones discursivas que fue restando peso al proyecto de de-
sarrollo nacional-popular y sumando en perspectivas liberal-conservadoras.
Así, los discursos de la fuerza política en el poder desde 2016 como del gran
empresariado apuntaron a la profundización de las operaciones ideológicas
para producir consensos. Desde las diferentes asociaciones empresariales y
el gobierno, el bloque social dominante intentó construir en el antipopulismo
un elemento refundacional de la Argentina para dejar atrás lo que llamaban
“el fracaso de los últimos 70 años” (La Gaceta, 2018). Esta operación discur-
siva intenta reactivar el mito de que nuestro país puede volver a un sendero
que había abandonado previamente y que es el que han seguido los países
“normales”, “democráticos” y “ricos”. Fue, desde este relato, lo que el populis-
mo históricamente bloqueó. En palabras del jefe de gabinete de Cambiemos,
Marcos Peña: “Es un fracaso que en 70 años no podamos resolver nuestro
equilibrio scal.” (Clarín, 2018). Del mismo modo se expresaron las voces de
los diferentes espacios empresariales. Tanto AEA como los discursos de una
variedad de empresarios que conuyen en los sucesivos Coloquios IDEA
desde 2015 desarrollaron estas nociones que combatían los sentidos comu-
nes del orden social kirchnerista5. Estas intervenciones discursivas del em-
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
42 43
presariado, como ocurrió en las demandas económicas, se articulaban per-
fectamente con las expresiones del presidente Mauricio Macri: “El desafío
de fondo es el cambio cultural, volver a rearmar los valores que nos trajeron
hasta acá, que trajeron nuestros abuelos, que el trabajo dignica, que vale la
pena esforzarse, valores que el populismo puso en crisis” (Clarín, 2017).
En base a lo dicho, es posible pensar este nodo interdiscursivo (antipo-
pulismo) como un elemento articulador de la posición ideológica del blo-
que formado por el gran empresariado y la fuerza política Cambiemos como
parte de una estrategia refundacional conservadora del orden social como
rechazo del pasado y a la vez con una promesa de futuro redentor. El popu-
lismo actúa como un desplazamiento metonímico de “autoritarismo”, “de-
magogia”, “nacionalismo”, “vulgaridad”, “crisis” (Adamovsky, 2017). El signi-
cante “pesada herencia” alude a un contenido similar en esos años. Como
contraposición al populismo, en el período 2015-2018, “república” fue la ca-
tegoría que se instaló desde las organizaciones empresariales y las fuerzas
políticas antipopulistas. La AEA y la SRA se colocaron a la cabeza de este
impulso de construcción de “un consenso republicano para el desarrollo del
país” (López y Cantamutto, 2018; Cantamutto, 2024; Cantamutto y López,
2022). Si bien este mito republicano fue la principal base del edicio ideo-
lógico del proyecto liberal-conservador en nuestro país, cabe preguntarnos
sobre qué otro eje se ha venido articulando una estrategia discursiva cen-
trada principal, aunque no exclusivamente, en el plano político-ideológico.
Este nodo interdiscursivo se vinculó además con la necesidad de impulsar
un “cambio cultural” que privilegie al mercado sobre el Estado y que garan-
tice una institucionalidad a favor del sector privado. Así, en primer lugar, ob-
servamos que a lo largo del período las empresas abogaron contra el in-
tervencionismo estatal en tanto argumentaban que dichas intervenciones
provocan “distorsiones” sobre los mecanismos del mercado afectando no
sólo a la competitividad y la productividad de las empresas, sino también al
desarrollo económico del país en su conjunto. Por otro lado, vemos que, en
línea con la necesidad de fomentar una “cultura empresarial”, las entidades
también demandaron la construcción de un marco institucional y jurídico
con “reglas claras” que garantice la “previsibilidad” en pos de favorecer un
entorno propicio para la inversión, esto es, un entorno falto de incertidumbre
que genere “conanza”. En el comunicado “Instituciones para el Desarrollo”,
emitido por la AEA, pueden sintetizarse los lineamientos generales de estas
armaciones para el conjunto del período.
En este sentido, vale aclarar que, si bien se observa una unidad consistente
de las empresas respecto al antipopulismo, la atención sobre el período es-
5- Gastón Remy, presidente de Dow Argentina, en el marco del 53.º Coloquio de IDEA en
2017, concluye que los datos de los últimos años del gobierno de Cristina Fernández de
Kirchner “nos muestran que perdimos el camino y nos descarrilamos como sociedad”.
Emiliano López, Eugenia Caronello y Horacio Bustingorry
tudiado en su conjunto muestra que las críticas y el grado de rechazo hacia
el mismo no se expresaron siempre de la misma manera. Así, mientras la
AEA y la SRA adoptaron una postura antipopulista clara y persistente, la UIA
se posicionó a mayor o menor distancia de estas posiciones dependiendo
de coyunturas especícas. A diferencia de las primeras, que en cada opor-
tunidad festejaron medidas no intervencionistas, esta última solo se opuso
al intervencionismo “excesivo” reconociendo que, a través de su rol activo,
el Estado puede inuir positivamente en momentos estratégicos. Esta posi-
ción endeble de la UIA frente al antipopulismo (Barragan, 6 de septiembre
de 2019; Jueguen, 2018; Página 12, 23 de noviembre de 2018; Página 12, 8
de diciembre de 2018) se expresaban más que nada a través de algunas
demandas corporativas concretas hacia el gobierno de Cambiemos respec-
to de la eliminación de subsidios, que afectaba los costos, y de la apertura
comercial, que impactaba en la competitividad. A su vez, en este momento
la UIA también reclamó por la falta de políticas de apoyo directo a sectores
industriales estratégicos y a las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs).
En el mismo sentido, con la llegada del Frente de Todos al gobierno, y en el
marco de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, la UIA pidió por
una intervención estatal más activa para sostener el sector industrial (Barra-
gan, 29 de noviembre de 2019
; La Nacion, 2018; UIA, 2019;). Dichas demandas fueron respondidas por
el nuevo gobierno a través de políticas que incluyeron subsidios y líneas de
nanciamiento para las PyMEs, así como el programa Asistencia al Trabajo
y la Producción (ATP) para garantizar el pago de salarios en empresas afec-
tadas. A pesar de estas oscilaciones, la UIA volvió a alinearse a la postura
antipopulista junto a la AEA y a la SRA cuando el caso Vicentín irrumpió en
la agenda nacional. Aquí, las tres entidades manifestaron de manera uná-
nime su rechazo a las intenciones de intervención estatal sobre la empre-
sa santafesina, considerando que dicha medida se presentaba como una
amenaza directa a la propiedad privada y a la seguridad jurídica (AEA, 2020)
por la que apostaban. El desplazamiento con la llegada del Frente de Todos
al poder en 2019 en términos generales provocó una mayor radicalización
del antipopulismo entre los sectores empresariales que consideraban al
nuevo gobierno como un regreso al enfoque estatista y redistributivo, y, por
lo tanto, una amenaza a sus intereses. La retórica empresarial planteaba la
oposición entre una economía liberal y cualquier tipo de intervención es-
tatal percibida como amenaza. Vale mencionar que esta radicalización del
discurso no se limitó solo a criticar las políticas puntuales del Frente de To-
dos en un sentido ideológico, sino que también adquirió fuerza política. Para
muchos empresarios desilusionados con el gradualismo de Cambiemos y
preocupados por las políticas intervencionistas del Frente de Todos, ciertos
sectores de la fracción empresarial comenzaron a apoyar candidaturas que
proponían cambios estructurales y una drástica reducción del Estado y sus
El poder del gran empresariado y la disputa por el modelo de desarrollo en...
44 45
intervenciones, alineándose con las propuestas políticas más extremas que
comenzaban a ganar terreno. Estos elementos nos permiten pensar en una
estrategia exitosa de parte de los recursos de poder del gran empresariado
para generar, por un lado, una inuencia directa en el Estado en ciertas po-
líticas concretas y, por otro, en la producción de un sentido de orientación
general de la sociedad que provocó el cambio un cambio duradero en el con-
junto de la sociedad.
Reexiones nales
En este artículo recuperamos el debate acerca de los recursos de poder
para intentar una propuesta analítica y metodológica que utilice las catego-
rías planteadas por dicha perspectiva en el análisis de las estrategias empre-
sariales. Con esta propuesta analítica, realizamos una primera aproximación
al estudio de las estrategias empresariales en el período 2016-2022, en clave
de tres relaciones que consideramos relevantes para dar cuenta de este pro-
blema: la relación capital-trabajo, las relaciones entre capitales y la relación
capital-Estado. A través de la aproximación empírica logramos una lectura
indagatoria acerca de cuáles fueron los fundamentos y los recursos de po-
der utilizados por el empresariado para lograr alterar signicativamente las
dinámicas de acumulación y el orden político-social que había emergido lue-
go de la crisis social y política de 1998-2002. En este sentido, consideramos
que el artículo deja abierta la necesidad de desarrollar un programa de in-
vestigación que involucre el análisis de las diversas estrategias de poder del
empresariado en la Argentina reciente.
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La reforma laboral “de hecho” de Cambiemos: efec-
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2015-2019)1
Ana Natalucci
CONICET-EIDAES/UNSAM; FSOC/UBA
anatalucci@gmail.com
Francisco Favieri
CONICET-GEIS-FACSO/UNSJ
franciscofavieri@gmail.com
Resumen
Este artículo analiza la reconguración de las relaciones laborales durante
el gobierno de Cambiemos, entendiendo por tal el conjunto combinado de
políticas, estrategias y discursos orientados a modicar la participación de la
clase trabajadora en la estructura económica. Nuestro argumento se orienta
a mostrar que, frente a la imposibilidad de avanzar en materia legislativa, el
gobierno impulsó una reforma “de hecho”, de carácter regresivo debido a
su intención de mejorar las condiciones y benecios del capital. En térmi-
nos metodológicos, seguimos una estrategia multimétodo, considerando las
principales características del mercado de trabajo, la ofensiva ocial contra
el poder sindical y la conictividad. Como resultado de este proceso, se pro-
dujo la reconguración de la clase trabajadora con mayor heterogeneización
respecto de sus condiciones laborales, salariales, y consecuentemente en
su cobertura del sistema de protección social, lo que contribuyó a generar
nuevos consensos en torno a futuras reformas.
Palabras clave: organizaciones sindicales, reforma laboral, mundo del traba-
jo, Cambiemos, neoliberalismo
Abstract
This article analyses the reconguration of labour relations during the
Cambiemos government, meaning the combined set of policies, strategies
1- Agradecemos a los/as evaluadores/as por sus comentarios minuciosos, que permitieron
mejorar sustancialmente el manuscrito y al Comité Editorial por su apoyo y dedicación a lo
largo del proceso de publicación.
Año 10. Nº 22. Julio 2025